Descubre los 3 principales métodos de poda del café
El cultivo del café es un arte que va mucho más allá del simple acto de cosechar los granos de café. Uno de los aspectos más cruciales para garantizar una producción saludable y sostenible es la práctica adecuada de poda del cafeto. Existen varias técnicas de poda, pero en este artículo exploraremos los tres tipos principales: Recepa o Cosecha Cero, Escote y Esquelética.
Recepa o Cosecha Cero
En este procedimiento la planta de café se corta a una altura que varía entre 30 y 40 centímetros del suelo. De este corte surge un nuevo brote y, luego de un período de tres a cuatro años, la planta reinicia el ciclo productivo del café. Esta técnica tiene como objetivo preservar la genética original de la planta y proporciona una historia detallada de la propiedad a través de podas realizadas a lo largo del tiempo. Debido al extenso período que tarda la planta en regresar al ciclo productivo, se requiere mucha planificación por parte del productor, ya que no será posible cosechar café en ese espacio específico.
Escote
Esta es una práctica más moderada en comparación con Recepa. En este método se cortan las ramas más altas de la planta, eliminando los extremos superiores y promoviendo una forma más redondeada y uniforme. El principal objetivo es estimular el crecimiento lateral, creando una planta más compacta y facilitando la recolección. El decote se utiliza frecuentemente en plantaciones de café Arábica, donde la búsqueda de una distribución más equitativa de los frutos es fundamental. Además, esta técnica ayuda a mejorar la aireación y la exposición solar, factores cruciales para el desarrollo saludable del fruto.
Esqueletamento
En este método se adopta una práctica peculiar para impulsar la productividad de los cafetales. Aquí, todos los tallos laterales del tallo del café se cortan meticulosamente, lo que da como resultado que solo se conserve el tronco central del árbol. Esta técnica de poda, conocida como esqueletización, tiene como objetivo optimizar el rendimiento de la planta. Aunque esta intervención resulta en una pausa de un año en la producción de café, los beneficios que siguen son notables. La peculiaridad del ciclo de germinación del café radica en los tallos que se conectan al tronco central del arbusto. Cuando una fruta brota en uno de estos tallos, la observación revela que, al año siguiente, la fructificación se expande a nuevos puntos y nunca ocurre en el mismo lugar. Este proceso natural conduce al alargamiento del tallo productivo, lo que hace que al arbusto le resulte cada vez más difícil sostener los frutos emergentes. Por tanto, la esqueletización se convierte en una necesidad. Es común decir que el cafeto, al pasar por esta práctica, “paga lo que debe”. Además, la esqueletización presenta un enfoque menos drástico en comparación con la cosecha, siendo una solución eficaz para aumentar la productividad del cultivo de café. En conclusión, al comprender los fundamentos de estas técnicas, los productores de café pueden promover el crecimiento saludable de las plantas y cosechar con éxito los frutos de su trabajo. Y tú, ¿quieres saber más sobre la producción de café? Continúa siguiendo nuestro blog y mantente al día con información sobre este universo.